Historia de Grecia: entre el mito y la realidad

Presentación:

La Grecia clásica se considera uno de los grandes pilares de la cultura Occidental. Sus manifestaciones artísticas y arquitectónicas marcaron las estéticas de grandes obras romanas, e incluso se retomaron durante el Renacimiento. Su mitología ha cautivado durante siglos la imaginación de cientos de artistas y autores, que se han inspirado en diversas deidades, musas y tragedias para sus pinturas, esculturas y obras literarias.

Las mismas dinámicas de gobierno iniciadas en Atenas durante su Siglo de Oro han marcado el desarrollo de los sistemas democráticos de toda la órbita europea y americana, y las luchas que sostuvieron contra el imperio Persa durante las guerras Médicas han sido interpretadas como un enfrentamiento entre David y Goliath en defensa de la libertad y autonomía.

Acércate al pintoresco y rico mundo de la Grecia clásica conociendo sus raíces en las míticas ciudades de Cnosos y Micenas, pasando a la gran rivalidad entre Atenas y Esparta conociendo las particularidades de estas y otras ciudades-Estado que lograron colonizar el Mediterráneo y dejar una marca indeleble en la cultura occidental.

Contenidos:

• Cnosos: el minotauro en su laberinto (2.500 – 1.350AC).

Desde Creta se establecieron las primeras rutas mercantiles con el mundo egipcio, lo que les permitió acceder a los materiales necesarios para la elaboración del bronce para sus armas y herramientas. Estás innovaciones técnicas y tecnológicas facilitaron que se desarrollara una cultura boyante, que se reflejó en centralización estatal alrededor de la ciudad de Cnosos, de donde se controló una red de asentamientos desde las costas de Sicilia hasta los litorales de Asia Menor, pasando por las islas del Egeo.
Esta ciudad fue excavada por el arqueólogo británico Arthur Evans (1851-1941), quien nombró esta civilización como ‘Minoica’, en honor al legendario rey Minos, quien según la tradición griega había aprisionado en un gigantesco laberinto al minotauro.
Esta ciudad colapsó en medio de una serie de sismos, erupciones volcánicas y maremotos, por lo cual se ha asociado a la Atlántida.

• Micenas: los aqueos y la guerra contra Troya (1.500 – 1.100AC).

Con el declive de la civilización minoica en el Egeo, en los Balcanes se originó una segunda gran cultura que se considera la antecesora directa de los griegos: los micénicos o aqueos, quienes, asentados en el Peloponeso, originaron la construcción de ciudades amuralladas en lugares elevados -Acrópolis-, que, a pesar de su autonomía, se confederaron bajo un rey o gran señor -wanax-.
El más afamado de estos líderes fue Agamenón, quien, según Homero, dirigió un enorme ejército contra la ciudad de Troya, en la actual Turquía, que era la gran rival económica y política de Micenas. La Ilíada, relata el origen mitológico de este enfrentamiento, cuando uno de los príncipes troyanos huyó a su ciudad con la esposa del rey espartano, hermano de Agamenón. Durante diez años los aqueos intentaron penetrar las murallas de Troya, y lucharon grandes héroes de la tradición griega como Aquiles, Patroclo, Ajax, Ulises, entre otros. Exploraremos las raíces históricas de este enfrentamiento.

• La Grecia Clásica: guerra, democracia y filosofía (480 – 323AC).

Tras la caída de Micenas, Grecia se vio sumida en una Época Oscura, donde se perdió incluso la práctica de la escritura y los extensos circuitos comerciales que anteriormente dominaron. Tras varios siglos de quietud sus ciudades se expandieron a lo largo y ancho del Mediterráneo, fundando una serie de colonias que se denominaron Magna Grecia.
Con la llegada de los griegos a las costas de Asia menor, el apoyo ateniense propició el levantamiento de los colonos contra los persas, lo cual generó una serie de guerras en las cuales las diversas ciudades-Estado griegas debieron unirse en contra de los invasores persas para preservar su autonomía y libertad. Pero una vez lograron repelerlos, los roces entre Esparta y Atenas desembocaron en un conflicto interno entre griegos que limitó la expansión del mundo griego.
Aun así, este fue el periodo de mayor refinamiento de la cultura ateniense, en cuanto a la arquitectura, arte y literatura, así como el desarrollo de la democracia y filosofía.

• La Grecia Helénica: las conquistas de Alejandro Magno (323 – 31 AC).

Con la unificación de las tribus macedónicas, Filipo II logró unir Grecia bajo su liderazgo, aunque su prematura muerte legó su reino a su hijo Alejandro III. A pesar de su juventud, Alejandro demostró una gran habilidad como político y militar, asegurando no solo su control sobre las demás ciudades-Estado, sino al invadir y conquistar el inmenso imperio persa.
A lo largo de su travesía, Alejandro fue aclamado como reencarnación de Osiris al conquistar Egipto, y se difundieron relatos sobre su ascendente divino. Con tan solo 33 años Alejandro dirigió sus ejércitos al borde del mundo conocido, enfrentándose incluso a elefantes en la India, fundando en su honor una serie de ciudades llamadas Alejandría. Pero sin importar la riqueza, fama y gloria que alcanzó, falleció, sin dejar un heredero a su inmenso imperio. Sus generales dividieron zonas de influencia, creando una rica mezcla de tradiciones medio orientales y griegas, que finalmente serían absorbidas -en buena medida- por el Imperio Romano que adoptó algunas tradiciones griegas como propias.