Existen diversas teorías de desarrollo organizacional que exponen formas específicas de crear una compañía inclusiva, con buenos índices de performance, pero hoy en día, seguimos en deuda de una visión realmente potente en cuanto a inspiración.
Tomado de https://www.linkedin.com/pulse/c%C3%B3mo-construir-un-ambiente-corporativo-inspirador-ure%C3%B1a-amieva/
En primer lugar, ¿Qué es la inspiración? Aquí es importante reconocer que para poder hablar de este tema, necesitamos considerar los valores más profundos de la organización y su visión. No puede haber idea de inspiración si no se considera la visión de la empresa como algo trascendente, importante, que entrega gran valor al mundo.
Cuando cumplimos con el primer punto, entonces debemos girar a mirar al liderazgo y a la cultura de la organización. Con determinación debemos transformarnos en líderes humanos, empáticos y humildes, que incluyamos visiones; todo esto, multiplicado con habilidad técnica, genera el liderazgo extraordinario.
La inspiración es un estado de flujo, que considera la habilidad a veces accidental, de llegar a un punto en el cuál no existe el tiempo, no hay fronteras, solo es posibilidad y creación.
¿Cómo podemos desarrollar inspiración en un ambiente administrativo, contable, financiero? Hay que considerar el valor humano; en las matemáticas hay flujo, en las ingenierías, en todos lados, es simplemente que a veces nos enfrascamos en resultados sin mirar el proceso que nos lleva ahí. El estado de inspiración requiere una conexión humana trascendente, que puede bien ser con los colegas, con los líderes, o con la propia familia de cada uno, que lo impulsa a ir más lejos, a romper fronteras propias y desarrollarse.
Para crear un estado de inspiración en la empresa se necesita la libertad para cometer errores, sabiendo que el feedback será inmediato, y que también se incentivará el feedforward, que es una forma de comunicación avanzada que considera la creación por encima del error. Si no se permite que el colaborador cometa errores, entonces no podrá entrar en un estado de flujo, puesto que siempre estará editando, corrigiendo, revisando, en vez de crear. Ahora, que no se malentienda, esto no es justificación para que se cometan errores, pero debe estar considerado en el proceso, deberá existir un momento específico de corrección, después de haber recibido retroalimentación y nuevas perspectivas, para pelotear el proyecto y llevarlo a una nueva realidad, mucho más potente.
Cuando establecemos la posibilidad del error como oportunidad de aprendizaje, entonces nos podemos encontrar frente a la grandeza de una posibilidad única, el permitir crecimiento exponencial en los colabores, acompañándolos a ser emprendedores dentro de la propia empresa, significa apostarle a que cada uno de ellos puede hacer una empresa mejor de la que actualmente se tiene; de esa forma, podemos acceder al poder exponencial combinado de miles de millones de bits de poder de procesamiento. Un humano inspirado, se entrega completamente a la tarea frente de sí, y se vuelca a completarla y trascenderla de la mejor forma. ¿Cómo sientes que tu organización podría beneficiarse de estos momentos?
Ciertamente es difícil crear en la práctica estos estados, pero lo que importa realmente, es tener la visión completa para comenzar a sentar las bases de una organización inspiradora, que genera más, que apoya el mundo de mejores formas y no solo para incrementar el «bottom line».